Los crianzas son el soporte de casi todas las bodegas riojanas. Es el vino más comercializado y cuyas características encajen con la mayoría de los consumidores. En cambio, Bodegas Amaren aplica a este vino el mismo rigor que a los de alta gama, escogiendo los racimos en doble mesa de selección con rendimientos bajos, con la diferencia de proceder de viñedos más jóvenes, de edad media de 35 años los cuales proyectan un nervio frutal y varietal.
La mezcla de variedades Malvasía y Tempranillo se traducen en delicadas notas florales en nariz, inusuales en un tinto, y fruta de hueso. La entrada en boca es amable pero enseguida se revela un vino muy estructurado, algo que sorprende ya que la nariz presupone un vino más ligero. Vino muy largo con una tanicidad que otorga al vino una gran longitud en boca.